La teleecografía asíncrona, por ejemplo, permite que no se requiera la intervención de un médico especialista y que la lectura de imágenes pueda ser realizada desde cualquier parte del país con mínimos requerimientos de ancho de banda.
En los últimos cinco años, el presupuesto en salud en el país se incrementó un 63.4%. Sin embargo, la ejecución de dicho gasto solo llegó al 60.7%, según Comex Perú. El Banco Mundial reportó en el 2019 que el gasto público per cápita estaba por debajo del promedio de América Latina.
Antes de la pandemia, este resultado pasaba desapercibido. Pero ahora, con una crisis sanitaria encima, se busca mejorar los indicadores. ¿Cómo? La apuesta hoy es por la telemedicina, aunque se ve limitada por recursos y temores regulatorios.
El año pasado, las iniciativas de regulación de la telemedicina no eran consistentes. El coronavirus aceleró los procesos y a inicios de este año se decretó la Ley de la Telemedicina para comenzar a regular los servicios en el Perú. “Ese ha sido el avance más significativo de la telemedicina en el país” , asegura Walter Sifuentes, CEO y Fundador de Medical, Innovation & Technology (MI&T). La ley valida el servicio de telemedicina entre paciente y doctor durante el periodo de la pandemia, pero deja un hueco legal en el uso de la telemedicina luego de la crisis sanitaria.
“La ley debería tener mayor amplitud e incluir otras ramas de la telemedicinas como las teleradiología, teleecografía y otras especialidades. Además, la normativa aún no ha profundizado en las especificaciones técnicas mínimas de seguridad y seguridad de la información de las plataformas de telemedicina, tanto en la protección de la data ingresada como en el encriptamiento de la data trasmitidada (video, audio, archivos, información)”, explica Sifuentes.
Más allá de los aspectos legales, el desarrollo de la telemedicina enfrenta barreras a nivel de infraestructura y logística. Sifuentes apunta que la falta de la fiscalización ante la informalidad en el uso de tecnologías de la información pone en riesgo la seguridad y confindecialidad de datos. Además, el Perú tiene una cobertura de conectividad limitada y de baja calidad. El país tampoco prioriza el emponderamiento a personas con conocimientos tecnológicos para enmarcar apropiadamente las especificaciones técnicas y legales de la telemedicina.
El fundador de MI&T sugiere cuatro medidas para superar estas barreras: 1) acelerar la formulación de las leyes de telemedicina con detalles tecnológicos específicos, 2) supervisar y fiscalizar a los centros de salud en el uso de las prácticas y tecnologías autorizadas para reducir la informalidad y sus riesgos, 3) formular políticas de cooperación interinstitucional entre universidades, Estado y proveedores de salud, y 4) priorizar los proyectos de infraestructura en conectividad, así como elevar los mínimos estándares de calidad del servicio (velocidad y calidad).
¿Qué se puede hacer ahora?
Ante la limitada disponibilidad de especialistas en nuestro país, hay una salida inmediata. La telemedicina asíncrona. Por ejemplo, la teleecografía asíncrona permite separar el estudio ecográfico en dos procesos independientes que no son llevados en simultáneo: el proceso de adquisición y el proceso de interpretación de imágenes.
Sifuentes explica que la teleecografía asíncrona permite que la adquisición de imágenes ecográficas no requiera la intervención de un médico especialista y que la lectura de imágenes pueda ser realizada desde cualquier parte del país. También empodera al personal del centro de salud en la adquisición de imágenes con mínimo entrenamiento (2 días).
Además, ante la pobre cobertura y calidad de la conectividad en el país, la teleecografia asíncrona funciona con mínimos requerimientos de ancho de banda, incluso con redes 2G.
“En zonas alejadas, tener acceso a un chequeo ecográfico (obstétrico, pulmonar, abdominal), puede tardar varias semanas e incluso meses. Esta tecnología responde a la necesidad de tener acceso rápido y sobre todo oportuno a exámenes por imágenes que sirvan de apoyo para una mejor toma de decisión”, señala Sifuentes.
La minera Nexa firmó recientemente un convenio con la Dirección Regional de Salud de Pasco y MI&T. “Estamos desarrollando un proyecto de telesalud que beneficiará a las comunidades de San Juan de Milpo y Ticlacayán. La telecografía asíncrona permite ofrecer el servicio de imágenes ecográficas adquiridas en los centros de salud de primer nivel y luego interpretadas por médicos especialistas, como herramienta de soporte al diagnóstico, lo que permite que los pacientes accedan a un examen oportuno. Este desarrollo tecnológico que se empleará en los centros de salud de esas dos comunidades es útil para casos de gestación del segundo y tercer trimestre, abdomen y pulmón. En este último órgano también se pueden detectar cuadros de daño pulmonar causado por la neumonía por COVID-19”, indica Sifuentes.